Es curiosa la situación en la que escribo estas líneas, con el cuerpo en Arabia Saudí pero con la mente ya en mi verdadero hogar. Villancicos de fondo pero a 25°C en la calle. Nunca dejas de vivir experiencias nuevas.
Faltan diez horas para que despegue el avión que me llevará a Barcelona, cambiando de avión en Riyadh y París. Allí se producirá el encuentro, el momento en el que la Navidad que aquí no existe se hará realidad. Será recoger la maleta, salir por la puerta de la terminal y todo se fundirá en un cálido abrazo. Después, dos horas en coche y por fin en casa. Pero de momento sigo aquí, haciendo la maleta con los peces en el río. Es curioso, voy a dejar la región de la cual vienen los Reyes Magos para recibir sus regalos a miles de kilómetros de distancia. Vaya gasto más tonto en comida para camellos.
En Muhayil, nos despedimos hasta el año que viene con una barbacoa al aire libre. Algunos, que viven en países con otras culturas, aprovechan para descansar y coger energías para comenzar el año al cien por cien. Otros volvemos a casa para celebrar con los nuestros esta época del año tan familiar. Sea como sea, nos veremos en enero en el Mondragón College of Excellence. ¡Feliz Año Nuevo a todos!